sábado, 28 de julio de 2007
NOTICIAS DE LOS ESCRITOS CORSARIOS
Una vez más tengo que disculparme por un silencio prolongado. Retrasé esta comunicación porque pensaba poder publicar inmediatamente, pero a día de hoy todavía no veo el final de la situación en la que vivo y que me impide dedicarme a escribir. Se trata de una mudanza, de lugar y en consecuencia también de vida en cierto sentido. El necesario tiempo de adaptación a lo nuevo -que no es tal, pues simplemente he vuelto a casa- se ha prolongado más de lo esperado y aún lo hará por unos días. Pero espero en el lapso de una semana poder publicar de nuevo.
Los lectores podrán imaginarse cuánto me fastidia no haber podido escribir sobre el secuestro de la revista "El Jueves"...
Con afecto y agradecimiento os pido que sigáis atentos y espero estar de vuelta muy pronto,
Xurxo Ventos
lunes, 2 de julio de 2007
LA DESAPARICIÓN DE LA DEMOCRACIA EN ESPAÑA (II) RAZONES_SECTORES DE OPINIÓN EN LA SOCIEDAD
En la primera parte de esta serie de artículos intenté sentar las bases teóricas que permitan al lector tener clara la situación generada por la vigencia de
De lo afirmado en esta necesaria puesta en claro de la situación a nivel jurídico conviene tener en cuenta que se trata de una situación de iure, quiero decir que no admite la discusión de si la Ley de Partidos es Constitucional o no, o si la Democracia es esto o lo otro. Conviene tener muy claro que la Constitución es la que es y está escrita y publicada hace muchos años, lo mismo que la Democracia es la que es y sus valores han sido formulados hace aún más años. Ni una ni otra admiten interpretación de ninguna clase, por las razones que expliqué en la primera entrega de esta serie de artículos. Aquellos que plantean este tipo de discusiones lo que hacen, en primer lugar, es despreciar la Democracia y la Constitución, y en segundo lugar intentar violentar estas instituciones y los derechos que garantizan. Esta segunda parte recoge mi personal análisis de por qué hemos llegado a la situación en la que de facto se ha discutido y se han violentado tanto la Constitución como la idea misma de Democracia, tanto por parte de una parte importantísima de la sociedad civil como por parte de las instituciones de Justicia y de Gobierno. Advierto al lector que, dada la extensión, he decidido dividir esta exposición en dos capítulos y conviertir la serie en un tríptico.
Para analizar las razones que nos han llevado a la situación descrita en la primera parte de este artículo me parece adecuado comenzar por un análisis del espectro de opinión de la sociedad española respecto a la Ley de Partidos y la licitud o no de los partidos abertzales. Lo haremos de derecha a izquierda. Reconocemos tres grandes sectores de opinión:
Existe un amplio sector de la sociedad que como razón para negar el derecho al sufragio pasivo y activo[i] a la izquierda abertzale asume como una verdad incuestionable que ésta es ETA, identificando ambas entidades a nivel conceptual y de responsabilidades jurídicas, importándole muy poco el hecho de que pese a los repetidos y concienzudos intentos por parte del Estado Español de demostrar jurídicamente esta identidad, a fin de acallar la voz de la izquierda abertzale en las instituciones, encontrando delitos de colaboración o de cualquier otro tipo que vinculase los partidos que la representan con la banda terrorista, todos hayan terminado en sonoro fracaso[ii]. Estas personas asumen un concepto del Derecho en el cual no son necesarios ni pruebas ni procesos judiciales (pues de hecho siguen defendiendo a capa y espada este vínculo pese a la ausencia de pruebas con valor jurídico): basta el convencimiento personal -en base a evidencias subjetivas sin valor jurídico- de quien está al mando o de
Desplazándonos hacia el centro, pero deteniéndonos en la derecha, nos hallamos ante el siguiente gran grupo de opinión. Éste contrasta con el anterior en el hecho de que reconoce el derecho a la presunción de inocencia a la izquierda abertzale, al menos jurídicamente, aunque en el ámbito de la opinión muchas personas situadas en este sector estén convencidas de la identidad de esa minoría con ETA. Este grupo de opinión aduce como razón para negar la licitud de la participación democrática de los abertzales que éstos combaten la Democracia y pretenden destruirla, pues no comparten sus valores como demuestra el hecho de que no condenan la violencia etarra. Aparte de que presentar la actitud de esos partidos frente a los atentados como prueba de que éstos combaten la Democracia es una falsedad[iii], la razón en la que sustentan su posicionamiento se basa en un desconocimiento de las bases constitutivas del Estado Español y de los valores de
He dicho que aducir esta razón sólo es posible desde un desconocimiento de las bases constitutivas del Estado Español o de
De nuevo vamos a generalizar, pero el análisis nos obliga a pronunciarnos, teniendo siempre en cuenta lo aproximativo del pronunciamiento. Siendo esta postura moderada con respecto a la anterior, cabe asociarla al PSOE y a sus simpatizantes, y al resto de la derecha española: CiU, PNV, etc. Los posicionamientos públicos de los líderes de estos partidos, muy parecidos a los descritos, parecen avalar nuestra propuesta de asociación de este sector a algún partido.
Estos dos sectores de la sociedad, que se parecen entre sí y comparten la aceptación de las actuaciones del Estado dirigidas a privar a la izquierda abertzale del derecho de sufragio; abarcan, según una estimación muy personal, al menos tres cuartos de la sociedad española. Este es un dato importante porque sólo existiendo un amplio consenso social es posible que se produzcan violaciones tan flagrantes del orden constitucional sin grandes disturbios sociales. En la última parte de este análisis propondremos una explicación sociológica al hecho de que se haya llegado a este desatino.
Por último nos encontramos en un lugar opuesto al sector de la sociedad que se opone a la conculcación del derecho de sufragio de la minoría abertzale. En éstos están por un lado los propios perjudicados y otros ciudadanos vascos (que viven el conflicto desde dentro) que conocen la realidad vasca y por ello son inmunes a los mitos construidos por la prensa sobre ella, y que naturalmente simpatizan con el independentismo y la izquierda sin llegar a abrazar la causa abertzale. Por otro lado están los ciudadanos del resto de España que, aún no conociendo la situación vasca desde dentro, han sido capaces (por cultura, por firmeza de valores) de abstraerse de la influencia de la prensa en las conciencias y mantener intactos sus valores democráticos y su conocimiento exacto de los derechos reconocidos en la Constitución, y a la vez ser capaces de no dejarse llevar por la repugnancia que inspira la violencia etarra y distinguir entre lo que es la militancia política y el ejercicio de la criminalidad terrorista.
Para ser simétricos haré también una asociación entre este grupo y alguna formación política, aunque sea este caso más problemático que los anteriores. Sí creo poder asegurar que no es posible que alguien que simpatice con el PP pueda a la vez compartir los valores democráticos descritos pues esta formación se ha siempre opuesto firmemente a estos valores. Cabe que algún viejo simpatizante del PSOE, nostálgico de cuando éste era verdaderamente socialista, esté aquí incluido, y lógicamente muy desilusionado con su partido. También personas tolerantes y de fuerte convicción democrática pero con poca cultura que hayan caído en la trampa del bipartidismo, y queriendo votar a quien represente sus valores crean tener tan sólo al PSOE. Pero el grupo más nutrido se encuentra entre los simpatizantes de IU, el único partido que junto al PNV se opuso a la Ley de Partidos en su fase de discusión y aprobación, aunque luego, viendo el terrible punto en el que se encontraba la sociedad española en cuanto a sensibilidad hacia el conflicto vasco, decidieron inhibirse para evitar una caída de sus apoyos electorales.
Este es mi análisis del espectro de sensibilidades de los ciudadanos al respecto de la conculcación del derecho de sufragio de la minoría abertzale. Detengámonos aquí, en la tercera y última parte propondré una explicación de la “psicología social” de cada uno de los grupos aquí señalados, así como un análisis de la actuación del Gobierno y la oposición en el caso, intentando llegar a una teoría que explique cómo ha sido posible que una parte tan grande de la sociedad olvide los altos valores de la Democracia, conquistados con tanto sudor y sangre; así como las verdaderas razones de los partidos mayoritarios para empecinarse en eliminar esta insignificante minoría de las instituciones, aún a costa de violentar los mismos valores que cimientan el Estado Español.
[i] Sufragio pasivo es “ser votado”, es decir representar en un proceso electoral a otros ciudadanos. Sufragio activo es emitir un voto en un proceso electoral.
[ii] El más sonado y que supuso el fin de esa línea de actuación, para sustituirla por la ilegalización en virtud de criterios inconstitucionales como la “no condena de la violencia”, fue la encarcelación en 1997 de los 23 miembros de
[iii] Una observación desapasionada de la actitud de estos partidos revela que su no condena a la violencia no equivale a un ensalzamiento de la misma, sino a reconocer a ésta el carácter de “respuesta legítima a otra violencia”, en un intento de llamar la atención sobre la parte de responsabilidad del Estado Español en el conflicto. Luego no se trata de una declaración de principios “violentos” sino de un gesto político.