viernes, 4 de mayo de 2007

LA EPIDEMIA DEL TERRORISMO

No sé qué nos pasa a todos últimamente, que nos estamos volviendo terroristas. Todos, unos más, otros menos. Yo, personalmente, ya estoy muy acostumbrado a que me lo digan, que soy un terrorista, en los foros de “El País”, en comentarios que llegan a este blog, en emails de desconocidos; hasta mi novia me dijo el otro día que soy un “terrorista del sexo”, en fin, al final me han convencido y ya lo tengo asumido: soy un terrorista.

El muchacho desequilibrado que hace unos días asesinó a unos estudiantes en EEUU también resultó ser un terrorista. Esta vez no era de Al-Qaeda, era terrorista de sí mismo, conformaba todo él una peligrosa cédula que nació y se inmoló en cuestión de minutos. Se trata, podríamos decir, de un nuevo terrorismo, el “terrorismo fugaz” o “ultrasónico” (se aceptan propuestas para nombrarlo, hoy parece que no estoy muy inspirado).

Nuestra querida España es tierra de terroristas. Ni Aznar se ha salvado de la epidemia, él que tanto ha combatido el terrorismo ha resultado ser él mismo un terrorista responsable de miles de atentados en Irak. Pero se sabe que donde más terroristas hay es en el País Vasco, y, ¡horror!, en las últimas semanas se han revelado ¡casi cien mil! nuevos terroristas, esos que han firmado para tener representación democrática (porque ahora los terroristas se han infiltrado hasta los tuétanos de la democracia, ¡hasta nuestro presidente Zapatero es un terrorista!) en los ayuntamientos, han firmado para apoyar candidaturas de terroristas, luego son terroristas ellos también.

Aquí donde vivo yo, en Italia, tampoco son mancos. Cada vez que hay una manifestación contra de la guerra, de las bases norteamericanas o de la OTAN (cosa que aquí sucede a menudo), las calles se llenan de terroristas, según leemos al día siguiente en los diarios. Sucedió el primero de mayo algo digno de contar: un presentador de televisión, del que nadie sospechaba, se reveló repentinamente como terrorista a causa de algunas cosas que dijo presentando la tradicional gala-concierto que se celebra en Roma con motivo del día del trabajador. Algunos incautos tomaron los comentarios de Andrea Rivera, que así se llama el presentador, como chistes tal vez demasiado satíricos dentro del contexto en que fueron emitidos, ese tipo de gala multitudinaria con presentador gracioso. Afortunadamente, en Italia tenemos al Vaticano, que ejerce una impagable labor de purgación de males sin la que sin duda Italia la Bella se perdería en la más horrible concupiscencia. Fue a través de “L’Osservatore Romano” (ofrezco la noticia, con citas textuales, del diario “La Repubblica”, con traducciones de lo más relevante en nota [*]), el diario propiedad del Vaticano, que todos los italianos pudieron conocer la verdadera condición del presentador Rivera: se trataba de un peligroso terrorista.

Podría seguir hasta el infinito hablando de los nuevos terroristas, antiguas personas normales, o casi, que sin previo aviso cambian de categoría. En fin, creo que lo que mejor pueden hacer los lectores es resignarse a su nueva condición, es algo inexorable que antes o después acabarán convirtiéndose en terroristas. Aunque si de verdad no pueden hacerse a la idea de tan trágico destino, les sugiero que, cuando llegue el momento y comiencen a ser tratados de terroristas, se aferren a la antigua condición que ahora se denomina “terrorista”, y piensen que son, simplemente, personas que piensan diferente.

(*) = Las palabras de Andrea Rivera: “El Papa ha dicho que no cree en el evolucionismo. Estoy de acuerdo, de hecho, la Iglesia no ha evolucionado nunca”, “No soporto que el Vaticano haya rechazado [celebrar] el funeral de Welby [un enfermo terminal que luchó por la eutanasia, consiguiéndola hace 4 meses]. Sin embargo, no ha sido así con Pinochet, con Franco y con uno de la banda de Magliana. Es justo que sea así, junto a Jesucristo no había dos enfermos de esclerosis [la enfermedad de Welby], sino dos ladrones”.

La respuesta de el Vaticano a través de la editorial publicada en “L’Osservatore Romano”: “Es terrorismo alimentar furores ciegos e irracionales contra quien habla siempre en nombre del amor [se refiere al Papa]”, “Es vil y terrorista lanzar piedras esta vez hasta contra el Papa, sitiéndose arropado por los gritos de aprobación de una multitud facilmente excitable [se refiere al público del concierto, en su mayoría jóvenes]”.

15 comentarios:

Juan Palomo dijo...

Coincido con su comentario de que ahora todos somos terroristas. Lo mismo pasa con la palabra "fascista", hoy en día se utiliza sin ningún criterio y al final las palabras pierden su significado original.

Como comprenderá no coincido con la conclusión de que los que apoyan a los terroristas intentando presentarse a las elecciones son simplemente personas con otro punto de vista.

La democracia tiene mecanismos de defensa, uno de ellos es el impedir la participación a aquellos que no respetan las leyes. El intentar jugar a demócratas al mismo tiempo que apoyan la lucha armada (asesinatos) no se puede aceptar en una sociedad que se llame demócrata.

Le invito a que compruebe su coherencia intentando defender su postura si los que se presentaran a las elecciones fueran un grupo neo-nazi.

Yo le digo que también me opondría. Saludos.

Xurxo Ventos dijo...

Saludos señor Palomo,
y gracias por su nueva participación que me da pie para hablar de uno de mis temas predilectos.
Coincido con usted en lo que señala sobre el término “fascista”. Hago una pequeña matización. El término “terrorista” tiene un significado mucho más limitado que el que usted propone, y por eso ensanchar sus referentes hasta abarcar una porción tan grande de la realidad me parece por un lado empobrecedor para el lenguaje y por otro malintencionado –y es eso lo que trata de denunciar mi artículo-, ya que neutraliza el significado de “terrorista” en el de “oponente de inmoralidad extrema y absolutamente despreciable”, eliminando los otros rasgos de significado que componen el significado asociado a ese término (los que se refieren a su actividad e ideosincrasia); con objeto de establecer una nueva categoría neutra de personas que merecen ese desprecio absoluto y cuya entidad se asume como “extremamente inmoral” sin preguntarse por las razones o actividades del sujeto calificado por el término. Esto de la tendencia a trazar maniqueísmos entre las personas “buenas” y “malas” lo trato también en otro artículo, el inmediatamente anterior.
Sé que para usted no hay ninguna razón que justifique el terrorismo. Yo tampoco apruebo la violencia extrema en ningún caso. Pero dese cuenta de que nuestra posición es y ha sido siempre lo bastante cómoda para que cognoscitivamente no podamos ni contemplar la posibilidad de sentirnos impelidos a tomar ese camino. Siendo consciente de esto, yo, digamos, “entiendo” que existan manifestaciones de este tipo en conflictos especialmente feroces. Por supuesto, este no es el caso del País Vasco.
Termino con lo anterior: “Fascista” es un término en el cual se ha verificado una evolución semántica, en la cual ha habido también un empobrecimiento: se toma, de las características de los militantes del Fascio italiano, la de “intolerante” y si acaso la de “violento” o “impositivo”, y se aplica a personas con estas características, sin que tengan que ver con el Fascio, el nazismo ni ninguna de las otras muchas características de la ideología de estos partidos (racismo, imperialismo, patriotismo extremo). Cierto es que a veces se aplica en virtud de alguna de éstas, pero la neutralización más común se hace considerando sólo el rasgo de “intolerante”. Bien, esta evolución no me parece tan censurable, pues por un lado vivifica un término que de otro modo se usaría muy poco, y por otro no me parece tan malintencionado (es despreciativo, sin duda, pero no malintencionado), en el sentido de que no trata de simplificar y adjudicar a una clase “despreciable”, el tipo de proceso semántico es diferente, aquí tomamos una característica particular que no funciona por el todo de modo generalizador, cosa que sí hacía ese tomar terrorista como “despreciable e inmoral”. En cualquier caso, sí censuro el uso indiscriminado y muchas veces impropio que se hace de “fascista”, muchas veces con el sentido que he criticado en “terrorista”, de “persona que no piensa como yo”.
Voy con su segundo párrafo. Veamos: no son simplemente personas con otro punto de vista, dependiendo de qué apoyo sea el que brindan a los terroristas. Si les proporionan apoyo logístico, financiero, humano, activo en general... son culpables de colaboración con banda armada o directamente terroristas. Si su apoyo se limita a estar de acuerdo con sus actuaciones, se trata de personas violentas, inmorales y lo que usted quiera, pero no son culpables de ningún delito, ya que los un derecho fundamental es la libertad de pensamiento. Este derecho existe porque con el pensamiento y la palabra no se hace daño a nadie (tan sólo al que quiere hacérselo).
Sucede que los ciudadanos que conformaban el partido disuelto Batasuna (o como se llamase en ese momento) no han sido condenados por ningún delito, por ningún tribunal. En los foros de “elpais.com” circulan muchas falacias a este respecto. Yo me he esforzado en rebuscar en las hemerotecas alguna condena por colaboración con banda armada de algún integrante de HB y no la he hallado. Tal vez usted pueda ayudarme, si verdaderamente alguien me eseña que un tribunal ha demostrado acción delictiva de esas personas con gusto replantearé mi posición en el caso. Hasta lo que me consta, las personas de las que hablamos no han cometido delito, por lo tanto sí señor Palomo, son simplemente personas que piensan diferente a nosotros.
Lo sé que su intuición le dice que son culpables. Pero si usted es de verdad demócrata (cosa que lamento decirle que dudo, si verdaderamente es coherente con sus posiciones), debe saber que hasta que un tribunal emite condena todos, jueces y ciudadanos, estamos obligados a respetar tanto a sospechosos como a personas ya encausadas, y a suponerlas inocentes. Este derecho a la presunción de inocencia lo ha olvidado la mayor parte de la sociedad española en este caso, cosa que me entristece y enoja, y sobre todo el hecho de que la prensa haya colaborado activamente a avivar los odios que han llevado a ello.
En su tercer párrafo incurre usted en un error que a la vista de las opiniones vertidas en los foros de “El País” es muy común. Este error se sustenta en considerar la Democracia como una ideología en lugar de como un sistema de organización al servicio del pueblo. Esta ideología ha sido llamada por ciertos autores “fundamentalismo democrático”, y consiste en una sublimación del sistema democrático que llega al punto de considerar ese sistema del mismo modo que se considera una ideología, y por esa sublimación considerar esta “ideología” como perfecta y la única que debe existir, y de ahí llegar a imponerla. De ahí emerge su idea de que la Democracia se debe proteger a sí misma.
Sin embargo esto no es así, señor Palomo, y no porque lo diga yo sino porque el sistema democrático ha sido formulado hace ya muchos añor por ciertos filósofos como yo voy a contarle. Si quiere profundizar en este tema escríbame un email y puedo mandarle alguna bibliografía recomendada. Pero bueno, prácticamente lo dijo todo Saussure.
Que usted haya incurrido en el error de confundir el sistema democrático con la Democracia como ideología ya he dicho que es muy común, no se apure por ello, además el fundamentalismo democrático está creciendo desmesuradamente y la prensa mundial (como siempre, en España “El País” se lleva la palma) alienta esta ideología con todas sus fuerzas, que son casi ilimitadas, con lo cual la vieja Democracia, esa que hizo sentir orgullosa a la Humanidad, está hoy en grave riesgo de desaparecer.
La Democracia es un sistema creado para que los pueblos se gobiernen ellos mismos, sin que el poder recaiga en una sola persona, como sucedió hasta su irrupción en la Historia. El principio fundamental es que la soberanía de la nación gobernada mediante este sistema emana del pueblo en su conjunto. Éste elige sus representantes por medio del voto. Estos representantes se supone que representan a quienes les han votado y toman las decisiones que sus votantes habrían tomado (lamentablemente esto no funciona así, pero eso es otra historia). La Democracia, en consonancia con los Derechos Humanos, reconoce en la Constitución particular de cada Estado la libertad de pensamiento y el derecho de todos los ciudadanos a ser representados en las instituciones, independientemente de cualesquiera que sean sus ideas políticas –y aquí está el punto fundamental-, incluidas las que puedan parecer más execrables –cuya posibilidad de tenerlas y defenderlas garantiza la libertad de pensamiento-, y también las contrarias a la misma Democracia. ¿Cómo es posible? Por lo que dije al principio: la Democracia es un sistema de organización, no una ideología, por lo cual no tiene más potestad que la que el pueblo le da, en coherencia con el principio fundamental del sistema, que es “expresar la voluntad popular”. Y si el pueblo vota destruir la Democracia, la Democracia se destruye. Así de sencillo. Hay antecedentes históricos de esto, sucedió en Alemania a finales de los años 30, en los que Hitler se convirtió en Jefe del Estado, disolvió el parlamento y acumuló todo el poder en sus manos sin pegar un solo tiro, respaldado por su pueblo, que así lo deseaba. Un proceso limpísimo y del que ningún verdadero demócrata debería quejarse.
Sobre la Democracia hay mucho más que hablar, pero lo dejaré para artículos futuros que espero publicar en Junio. Yo soy muy crítico con la Democracia tal como hoy está planteada. No con sus principios, que son una cumbre insuperable de la civilización humana, sino con que ahora mismo, con el desarrollo que han alcanzado los medios de comunicación, considero que la voluntad popular puede ser controlada por artes fraudulentas. Pero de esto me ocuparé en otra ocasión.
Señor Palomo, a la vista de lo que he dicho, a usted le quedan dos posibilidades. O admite el derecho fundamental de los ciudadanos vascos a defender democráticamente sus ideas, o se declara usted en contra de los Derechos Humanos y la Constitución Española que reconoce estos derechos y propone una reforma de la Constitución que haga posible este tipo de discriminaciones. Me dirá que la Ley de Partidos ha pasado el Tribunal Constitucional español y el europeo. Sí, señor, y esto fue un hecho extremadamente grave que puso de manifiesto que la ley está al servicio del Poder. Le dejaré algunos enlaces para que se convenza de esto.

http://www.un.org/spanish/aboutun/hrights.htm - Declaración universal de losDerechos Humanos. Vea los artículos 19, 20 y 21.

http://www.constitucion.es/constitucion/castellano/titulo_1.html#1b - Nuestra Constitución. Vea los artículos 20, 21, 22 y 23

De las dos opciones, le recomiendo que abogue por la restitución de los derechos democráticos. A parte de que es la que le permite poder seguir llamándose demócrata, por una cuestión de inteligenia política. El conflicto vasco está a punto de solucionarse. Recortar las libertades democráticas supone un paso atrás en la civilización y da razones a los terroristas para sentir su opción violenta como única posible. En mi opinión, una lección de magnanimidad en este momento tan delicado, permitiendo usar las vias democráticas incluso a quien sabemos que desprecia nuestro modo de organizarnos y nuestras leyes, daría el golpe de gracia al sector del independentismo que aún justifica el uso de la violencia. Y acabar con el derramamiento de sangre bien merece este justo esfuerzo.
Nunca lograremos vencer la barbarie con la barbarie, la represión históricamente se ha revelado contraproducente. Debemos estar orgullosos de poder decir “nosotros somos justos, nosotros os respetamos, os damos la posibilidad de alcanzar lo que queréis si verdaderamente es justo que así sea [si la gran mayoría de vuestro pueblo desea la independencia, la Democracia permitirá que se haga la voluntad de vuestro pueblo]”. Usted que es religioso, acuérdese de lo que dijo Jesucristo, “poner la otra mejilla”.
Acabo con su reto, que me es de extrema sencillez: por supuesto que permitiría que se presentase un grupo neonazi, como manda la coherencia con lo que afirmo, que ningún pensamiento es delito y cualquiera que no incurra en delito puede representar a quien esté de acuerdo con él en las instituciones (si no, debe ser juzgado y condenado). Si le interesa, el caso que propone se da en Italia, el partido se llama “Fiamma tricolore”, que no consigue representación; hay otro, “Alleanza Nazionale”, que sí lo votan millones de personas, y está integrado por personas que hasta los años 90 militaban en un partido sucesor del fascio italiano, con su misma ideología (que en esta nueva andanza, con nuevo nombre, se cuidan de revelar, aunque se sabe de qué pie cojean). Italia en cuanto a política goza de una mala imagen que apenas se entiende un poco la situación se revela falsa: aquí hay una cultura política superior a cualquiera de los países en los que he residido (España, Inglaterra, Suecia).
Gracias por su atención, perdone la extensión.
Xurxo Ventos

MR dijo...

Hola Xurxo,
Me refería al mismo fenónemo en uno de mis comentarios, en el cual mencioné lo de los inmigrantes que se sentían "terrorizados" (y aunque se cuestione el uso de esta palabra, no dudo de que su existencia sea así, pero ya estamos entrando en otro territorio): la hiper-retoricazión de un término que al final acaba quitándole su propio significado. Y con esto tocamos de nuevo lo de significado-significante y la imposibilidad de la lengua de especificar (por no decir denominar) las cosas de la vida. No creo, al final, que ese estudiante desequilibrado haya sido un terrorista, sino simplemente, tal como tú dices, un estudiante desequilibrado.
Gracias por tu mensaje, lamento no poder responder en este momento! Suerte con los exámenes y cuando disponga de unos cuántos minutos te escribiré.
Saludos,
Anita.

Juan Palomo dijo...

Muy buenas Señor Ventos,

Paso a responder su anterior (kilométrica) réplica con otra contra-replica al mismo nivel (kilométrico): Su tesis principal. Según creo entiendo de lo escrito es que toda idea es defendible y que no se puede criminalizar a alguien por sus ideas. Si esta es su tesis, tiendo a estar de acuerdo con Ella si bien la repulsa que me producen ciertas ideologías (nazismo, comunismo) hacen que no esté de acuerdo con ella en su totalidad.

Por lo que voy viendo de sus intervenciones, usted se mueve principalmente en un plano teórico, básicamente conceptual. El principal problema que veo en su análisis es que olvida el plano de la realidad; lo que "es" contra lo que "debiera ser". Deduzco que su malestar será enorme ante el hecho de que los dos planos muy pocas veces son compatibles.

Mi primera premisa en este tema en concreto es un hecho incontestable: Los terroristas (ETA) están y han estado participando en nuestra vida sin seguir las reglas democráticas y viciando de inicio todo intento de reflejar una situación de normalidad. No es posible hablar de Democracia en una zona (no entraré en el debate sintáctico, aunque creo que da para mucho) en la que una gran parte de la sociedad vasca vive amenazada. Es por esto mismo que resulta irónico que usted se indigne por que un partido que es el brazo político de un grupo terrorista no pueda acceder a cargos públicos.

Esta situación sería extensible al resto de España: Es inaceptable cualquier tipo de diálogo con alguien que pone una pistola en la mesa. Estará conmigo en que dicha situación no está equilibrada; cualquier resultado estará viciado por aceptar jugar con un contrincante que tiene las cartas marcadas (negociación o pistolas).

Segundo: me sorprende que ponga en duda la relación entre ETA y HB. Son múltiples las interrelaciones que existen entre los dos grupos. Muchas han sido las condenas a integrantes de HB por apoyo financiero, logístico e incluso apuntando objetivos. Pretender que HB es independiente de los dictados de ETA entra en el terreno de lo näif. Para que luego no diga que no baso mis comentarios en datos, un botón sacado de buscar "cárcel HB" en la hemeroteca de El Mundo: http://www.elmundo.es/papel/hemeroteca/1997/12/02/nacional/328199.html (El Supremo condena a siete años de cárcel a cada uno de los 23 dirigentes de HB por colaborar con ETA).

Conclusión: La Democracia falla al no dejar a los brazos políticos de los terroristas presentarse a las elecciones mientras que su detector de pureza Democrática no se dispara ante la falta de libertad en el País Vasco de aquellos que han defienden sus ideas sin la fuerza coercitiva de los terroristas.

En lo único en lo que puedo coincidir es en no llamar terroristas a dichas fuerzas políticas. Si serían cómplices para mí y para muchos españoles.

Respecto a que dude de que yo sea un demócrata, permítame que me sonría y simplemente decirle que no sea tan categórico e intente entender que no todos vemos las cosas del mismo modo y que aquellos que no piensan como nosotros no tienen por qué ser unos fascistas; como se puede inferir de su afirmación.

Usted me engloba dentro de la corriente de "fundamentalistas democráticos", término que el señor Juan Luís Cebrián ha re-utilizado en alguno de sus soporíferos libros. Yo le recomendaría otro de Giovanni Sartori, ¿Qué es la democracia?. En el fundamenta los principios de la Democracia y diferencia entre la Democracia teórica y la realmente existente o posible. No sé si conoce a Gustavo Bueno. Le recomiendo "Panfleto contra la democracia realmente existente" para profundizar en este tema. Lo tengo en cartera.

Lo que quiero exponer es que bajo mi punto de vista, la Democracia es lo que cada pueblo que vive bajo esta forma de organización quiere que sea. Por ejemplo no existe la misma Democracia en EEUU (pena de muerte incluida) que en Suecia. Tampoco es la misma en España de hoy que la de hace 25 años. Según creo entender de su idea pura de Democracia, ninguno de los países actuales vive en Democracia. Y eso, desde mi punto de vista, no es así.

Respecto a que la Democracia no se pueda defender de los ataques y por ello sea un fundamentalista democrático, una vez más estoy en total desacuerdo.
Usted ha expuesto una medida de autodefensa de la Democracia: el poder judicial. Si la confianza del pueblo en dicho poder, la democracia no puede existir. Por supuesto que debemos defender nuestra Democracia de los ataques externos; según comenta (y admiro su coherencia, aunque me parezca chocante) ve perfectamente aceptable el que un partido antidemocrático como el Nazi utilice, se aproveche de la libertad que permiten las democracias para llegar al poder y destruirlo todo desde dentro.

Entiendo que de haber vivido en ese tiempo habría apoyado sin dudarlo la política de apaciguamiento de Francia e Inglaterra contra Hitler. Si hubiera sido un senador romano, hubiera abierto las puertas del imperio a los bárbaros. Francamente esta postura nihilista no es la mía y creo en los valores de la democracia y por supuesto que lucharía por ellos.

Por lo tanto, no es aceptable desde mi punto de vista el permitir la participación de partidos pro-terroristas que no aceptan el juego democrático (expresen de forma inequívoca el rechazo al terrorismo) para una preservación de nuestros valores. No es aceptable que dispongan del dinero público y puedan acceder a listas de ciudadanos que pueden ser objeto de seguimientos por sus compañeros terroristas.

Los vascos tienen derecho a defender sus ideas como todos los demás, pero acatando las normas que nos marcamos, jugando todos con las mismas reglas y en las mismas condiciones. Esto no se da en el País Vasco como ya he comentado, por lo que no es posible permitir dicho acceso.

Respecto a la "resolución del conflicto", fin del terrorismo desde mi uso del lenguaje, solo tiene una solución y no es ninguna de las que usted me ofrece: abandono incondicional de las armas, prisión para los delitos de sangre y discusión por vías democráticas (partidos políticos, esta vez si aceptados) de todas las ideas, incluida la independencia. Solo una nota final: como usted bien dice la democracia es la soberanía de la nación emana del pueblo en su conjunto, no de una de sus partes.

Esta vez ha sido imposible la concisión. Sólo una cosa más: creo haber demostrado en mis intervenciones mi talante democrático. No acepto que en cada comentario ponga en duda mi compromiso con dicho concepto. Puede que no piense lo mismo que usted, pero tiene que entender que nadie está en posesión de la verdad, solo una parte de ella. Si no acepta este principio, entonces cualquier debate es inútil

Un saludo.

Juan Palomo

Anónimo dijo...

Deja las drogas, son muy malas para el cerebro, pseudointelectualoide.

Xurxo Ventos dijo...

Queridos lectores,
Yo que me lamento de ser prolijo en mis exposiciones, que me devano los sesos en esbozar complejas "declaraciones de principios" que os ofrezcan una visión clara de mi actitud y mi condición, tener que contemplar cómo algunos lectores logran expresar todos sus caracteres con una sola frase. ¡Qué envidia me dan!

Xurxo Ventos dijo...

Señor Palomo,
Gracias por su esmerada respuesta. Le ruego mil disculpas pero me hallo empeñado en asuntos de primera prioridad que me impiden dedicar el tiempo que merece a su respuesta. Le emplazo a visitar este foro en la segunda semana de Junio, para entonces espero haber podido responderle.
Gracias y hasta pronto,
X.V.

Juan Palomo dijo...

Señor Ventos,

Esperaré impaciente. Suerte con sus exámenes.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Hola hermano. Como siempre tan idealista. Tan defensor. Debiste de haber sido tú el abogado, y no yo. Estas discusiones son poco fructíferas. Y no te das cuenta, de que en tu defensa, adoptas una postura tan radical que también se podría llamar fascista?
La democracia es sólo formato. Código, lenguaje, participación. El contenido lo da, en teoría, el pueblo, cuyas ideas pueden ser totalitarias como en la peor de la dictadura. Lo que no podemos admitir es dejar participar en este juego democrático a los individuos que lo desbaratan intentando imponer a golpe de atentados su independencia. No olvides que la mayoría de los vascos no quieren ser independientes, por tanto su lucha no es democrática. Allí viven aterrorizados y no quieren ni hablar del tema (mis compañeras de trabajo en nuestra delegación de San Sebastián sencillamente no hablan de ello si les preguntas).
Seguiré encantada esta discusión entre tú y el cabal Sr. Palomo, y por favor intenta no descalificar, ni te creas más papista que el Papa (ya veo que el tema te encanta, qué te habrá hecho a tí el pobre Papa). Un abrazo y suerte con los exáenes, y no te alargues tanto en las respuestas (aquí y en los exámenes!!!)
Paula Ventosa

Xurxo Ventos dijo...

Saludos señor Palomo,
Tiene usted mucha razón al suponer que padezco cuando me topo a cada paso con las diferencias entre la teoría y la realidad. Pero ya ve, ello no me amedrenta, ni escondo la cabeza bajo el ala ni me acostumbro a la injusticia para llevar la realidad un poco mejor. Cada cual lleva su cruz. Persigo el ideal (la “teoría”), y no me conformo ni con migajas ni con imitaciones.
En su alocución advierto algunos errores que comento en primer lugar. El primero, que usted parece hacer depender el hecho de que haya o no Democracia en España de las actividades del grupo ETA. No es así, que exista ETA es algo contingente, la salud de la Democracia en España se mide por la corrección y la eficacia de las instituciones españolas, sobre todo de Justicia y del Gobierno. Los ataques terroristas nunca podrán doblegar una Democracia si ésta no cede a su juego. Por ejemplo, los GAL supusieron un desastre para la Democracia, el caso que nos ocupa también. Por si usted se refiere a que la actividad terrorista de ETA influye en el normal desarrollo de la Democracia, sí es cierto: pero no la destruye, simplemente la pone a prueba. La Democracia es un sistema de libertad que no gusta a los totalitarios, a las minorías que quieren imponer su voluntad, y éstos la ponen en dificultades, a prueba. Pero si el Estado de Derecho funciona como debe, y respeta las leyes, la Democracia permanece intacta. Lamentablemente, desde hace unos años, esto no es así en España: y esto es ante todo una victoria de los terroristas.
Sobre lo que dice de que no es posible la negociación en tal contexto (terrorismo), le remito a un post que publicaré próximamente, que será la segunda parte de “Desaparición de la Democracia en España”.
En segundo lugar, sus búsquedas de fuentes me han parecido un tanto parciales, parece que sólo encuentra usted lo que le conviene. En efecto, si se pone “cárcel HB” en el buscador de la hemeroteca de “El Mundo”, sale la noticia de la condena a prisión de la Mesa Nacional de HB en 1997 que usted me señala, es el resultado número 13. Pero sucede que, dos líneas más abajo, con el número 15, se lee el siguiente titular: “Probable excarcelación, la próxima semana, de la anterior Mesa de HB”, y en el subtítulo, “La mayoría del Constitucional es partidaria de estimar su recurso”. Si uno continúa tirando del hilo y añade la palabra “constitucional” a las dos de antes en una nueva búsqueda, pronto se encuentra con esta noticia, http://www.elmundo.es/papel/hemeroteca/1999/07/21/espana/703054.html, que aclara la peripecia de la única condena en España contra representantes políticos de la izquierda abertzale con la que usted pretendía demostrar, además de intuitivamente –esa razón tan válida para usted-, jurídicamente la relación de ETA con Batasuna: el Tribunal Superior condenó a la Mesa Nacional de HB a 7 años de cárcel por un delito de colaboración con banda armada, por los hechos probados de que habían cedido sus espacios electorales gratuitos para exhibir un video de un comunicado de la banda terrorista ETA. Todo perfecto salvo el pequeño detalle de que tal hecho no estaba tipificado como delito: es decir, que los jueces del Tribunal Superior (no el del juzgado de guardia de Lugo) se “olvidaron” de leer el código penal para así poder meter en chirona a esos señores tan maleducados que no condenan los atentados de ETA. Y así, éstos se pasaron casi dos años en la cárcel hasta que el Tribunal Constitucional demostró su inocencia y les liberaron.
El afán de venganza que demostró la Justicia española en este caso fue, a parte de un gran bochorno de la Democracia, la demostración de que Justicia ha mirado con lupa desde siempre a la izquierda abertzale, hasta llegar a la desesperada intentona de saltarse la ley para cumplir el objetivo que siempre ha perseguido: reprimir su voz pacífica y democrática (la otra es la de las bombas, a la que debería dedicarse, la que verdaderamente está fuera de la ley). Frustrado su intento por la fuerza de la Ley (gracias a la “inhumanidad” que comento en mi post de hoy, que no dejó pasar la pasión vengativa), estamos hoy debatiendo las consecuencias del siguiente movimiento de esta fuerza oscura antidemocrática: la Ley de Partidos y la conculcación del derecho al sufragio. Además, en este caso las fuerzas antidemocráticas han extendido su influencia y ya no sólo han sometido al Tribunal Superior, sino también al Constitucional, con lo cual toda la Justicia en España ha quedado en sus manos.
Paso ahora a comentar algunos puntos de su escrito. En su “conclusión” parece apuntar a que la Democracia no lucha contra la falta de libertad en Euskadi y es permisiva si deja participar a los brazos políticos de los terroristas. Si aceptamos “brazo político de terroristas” como “partido que simpatiza con las ideas políticas que un grupo terrorista defiende con la violencia, sin colaborar de modo delictivo con él”, entonces estamos hablando del caso que se nos presenta (tal como cabe hacer dado el hecho de que no hayan podido, pese a los intentos de la Justicia, ser demostrados estos lazos de colaboración; unido a la presunción de inocencia a la que obliga nuestra Constitución); y como he explicado en el anterior comentario y en el post de hoy, el derecho de sufragio, sea “pasivo” (a ser votado, es decir a representar unas ideas) que “activo” (a votar a quien a uno le parezca) son derechos constitucionales fundamentales. Luego: que este “brazo político” se pudiese presentar a las elecciones no se trataría de permisividad, se trataría de salud democrática, que lamentablemente no ha habido. En cuanto a la lucha por la libertad, usted y yo confiamos en que las Fuerzas de Seguridad del Estado hacen lo imposible por atrapar a esos delincuentes y garantizar la seguridad y libertad democrática de los ciudadanos, aunque deben ceñirse siempre a los límites de la Ley, como es justo que sea.
La crítica más válida que me hace es sin duda la que presenta la Democracia como concepto flexible, a gusto del consumidor, y ello porque cuenta con un respaldo difícil de batir: la realidad. Como usted señala, según mi definición de Democracia, ni EE.UU. sería una (existe la pena de muerte, es delito ser comunista), ni tampoco Alemania (es ilegal ser nazista), ni seguramente muchas de las naciones que tradicionalmente se consideran democráticas. Bien, sin conocer el resto de los casos, creo que aún sigue vigente la idea de Democracia de la que yo hablo, la clásica, la descrita por Rousseau (y no por Saussure, como dije en el anterior comentario: él era lingüista, se ve que los estudios que me ocupaban en el momento de escribir provocaron tal interferencia), la de la Ilustración. Si se fija, tanto en el caso de EE.UU. como en el de Alemania, las “excepciones” a los principios básicos, las limitaciones en los derechos, se produjeron a posteriori en respuesta a una amenaza concreta (el comunismo para el Imperio de EE.UU., el nazismo en Alemania), usando el principio erróneo de que la democracia debe protegerse a sí misma. Erróneo porque contradice el principio fundamental de la Democracia, que es garantizar la voluntad popular sea cual sea ésta, al limitar el alcance de la voluntad popular. Otros países con las mismas amenazas para la Democracia optaron por mantener intactos los derechos que garantiza la Democracia “clásica”: la España postfranquista, la Italia postfascista no incluyeron en sus Constituciones artículos que vetasen la posibilidad de un retorno a estos regímenes. Conozco la Constitución de estos dos países y puedo asegurar que garantizan los derechos democráticos originales.
De todas maneras, respondo que la lucha no se debe encaminar a recortar derechos y libertades, sino a ampliarlas. Mi propuesta ante el conflicto Occidente-Oriente, o el de España-independentismo vasco, no es la represión, sino la educación y el desarrollo. No debemos amoldar nuestra Democracia para reprimir al “otro”, al “enemigo”, sino asimilarlo y hacerlo “amigo”. Mantener nuestros valores, nuestros derechos democráticos, y que su grandeza, su indiscutible superioridad civilizadora acabe por rendir a la barbarie y el oscurantismo. La represión sólo generará más odio y avivará el conflicto: tendremos ocasión de comprobarlo pronto, desgraciadamente.
Al final usted se muestra de acuerdo conmigo en la idea democrática de “soberanía nacional”, y esto es lo que me hace rechinar los dientes de usted y el PP-PSOE en este asunto. Si saben que la izquierda abertzale es una “insignificante minoría que quiere imponer su voluntad”, entonces, ¿de qué tienen miedo, señor Palomo, usted y el PP-PSOE? ¿No confían en la Democracia? ¿No confían en la Constitución? ¿Creen de veras que los 200.000 votantes de la izquierda abertzale, un 10% del electorado, tengan poder representativo (democrático) para “desmembrar” España? ¿Porque los concejales ganan millones de euros que con gran arte logran evitar declarar, con los que compran en el supermercado de la esquina bombas para matar, todo ello pese al ojo avizor de Justicia, sin que en 25 años de Democracia haya ésta podido encontrar rastro de estas actividades? Permítame que lo dude. Estoy convencido de que no es nada de eso. Dejémonos de bromas, señor Palomo, yo se lo voy a decir, por qué persiguen a la izquierda abertzale, por qué quieren borrarlos de su democracia: Porque no pueden soportar que piensen como piensan. No pueden sufrir verles sentados cuando todos se alzan en los plenos de los ayuntamientos para homenajear a una víctima. No pueden soportar verles jaleando en vasco a sus héroes –delincuentes proscritos que piensan políticamente como ellos pero con los que no tienen relación-: quisieran que todo ello fuera delito, poder meterles por ello en la cárcel de un puntapié. Aunque sean una minoría que jamás tendrá poder para cambiar nada. Porque son ustedes intolerantes. Porque les gustaría que cerrasen el pico de una vez, o mejor que cantasen el himno de España a seis voces con la nueva letra que le va a poner el Fary. Sobre esto, resulta alumbrador la inquietante ambigüedad de la frase con la que comienza su comentario al que aquí respondo: “(...) entiendo de lo escrito es que toda idea es defendible y que no se puede criminalizar a alguien por sus ideas. Si esta es su tesis, tiendo a estar de acuerdo con Ella si bien la repulsa que me producen ciertas ideologías (nazismo, comunismo) hacen que no esté de acuerdo con ella en su totalidad” (el subrayado es mío). Estas dudas suyas acerca del derecho a la libertad de pensamiento, la seguridad con la que llama “cómplices” a los representantes de la izquierda abertzlale, enumerando sus delitos por los que nunca han sido siquiera procesados y mucho menos condenados, despreciando el derecho de esas personas a la presunción de inocencia –que ni siquiera ha lugar, pues no hay proceso en marcha; lo suyo son puras calumnias, que en otros contextos y emitidas por otras entidades sí son constitutivas de delito-, su vehemencia en negarles el derecho al sufragio por su simpatía con ideas violentas (y repito: sólo por eso, pues hablamos de personas que no tienen ninguna cuenta pendiente con la Justicia), me han convencido, si en el anterior comentario expresaba sólo mi duda, de que usted NO es demócrata.
No se asuste de mirarse en este espejo, señor Palomo. No tiene nada de malo no ser demócrata: yo tampoco lo soy, yo soy anarquista, y no me da ninguna vergüenza reconocerlo. Si de verdad quiere usted ser demócrata, empiece por aceptar el derecho de sufragio, el derecho de libertad de pensamiento y la presunción de inocencia. Si no quiere aceptar esto, no lo haga, nadie le obliga a ello (como ciudadano, como representante o funcionario del Estado sí estaría obligado a reconocerlo). Si quiere ganarse mi admiración, diga con valentía y sin vergüenza: “esos asesinos hijosdeputa no tienen derecho a nada, que se pudran en la cárcel”. Como hacía el bueno de Aznar, que sería un antidemócrata pero al menos era sincero (y por ello mucho mejor que Zapatero).
Disculpe que una vez más me haya permitido hacer cábalas sobre su pensamiento político o sus valores morales. Le ruego que no se lo tome como una ofensa, esas cábalas las he inferido lógicamente de lo que me escribe, y así he intentado exponerlo. Si le reconforta, le aseguro que encontrará usted, en la posición que yo denuncio que está, muchos más consensos que yo en la mía.
Le invito a estar atento a la segunda parte del post de hoy, “Desaparición de la Democracia en España”, en el que haré un análisis sociológico de la actuación en este caso tanto del Gobierno como de diferentes facciones de la sociedad española.
Un afectuoso saludo,
Xurxo Ventos

Xurxo Ventos dijo...

Hola señora Ventosa,
Tiene usted mucha razón, mis posturas son radicales, como creo que deben ser: sin concesiones a la mentira, a lo falaz, a lo mezquino. Mi intento es llegar a verdades indudables abarcando la inconmensurable variedad de la experiencia en una estructura lógica, y una vez llegados a una certeza, jamás vacilar, ¡para eso es una certeza! Parecerá tarea imposible, y sin embargo aquí le ofrezco un ejemplo de razonamiento lógico del que es imposible dudar, de acuerdo con el razonamiento humano:
Partimos de que existe una Constitución, que es la Ley suprema. Ésta reconoce el derecho al sufragio universal y libre, cualesquiera que sean las ideas que se defiendan o se voten. Luego: la Ley de partidos es inconstitucional, porque priva del derecho al sufragio por causa de las ideas. Y esto es una verdad, una certeza de la que no se puede dudar, en ningún caso.
Es así de sencillo. Todos los disparates que opina la gente sobre el caso vienen de creer que Batasuna ha sido excluida de las instituciones por ser ETA, cuando esto no es cierto. Si se sabe que ha sido porque no condena la violencia, con esto en una mano, y en la otra el artículo de la Constitución que garantiza el derecho a la libertad de pensamiento, es imposible por mucha rabia que se le tenga a los terroristas pensar que esa medida sea constitucional.
Otro de los errores que es común en la gente es el que usted y el señor Palomo blanden con audacia, y es que la Democracia es para los demócratas. Eso es una terrible falacia, eso equipara la Democracia con el Comunismo bolchevique y con el fascismo: el que es del partido, tiene todos los derechos, el que disiente y no tiene la tarjeta, “ni agua”. No señora, la Democracia no es una ideología, es un sistema, que abarca a TODOS los ciudadanos y a TODAS las ideologías, incluidas las que van contra la propia Democracia. El mayor valor de este sistema es dar la posibilidad a la mayoría, que toma la entidad de el conjunto, para hacer su voluntad: sea cual sea ésta. Eso es el ideal de libertad de la Democracia, la cumbre de civilización en cuanto a organización social que está en crisis desde hace años en Occidente.
Es comprensible que las personas de naturaleza intolerante o excesivamente orgullosas de su posición les cueste aceptar la disensión, lo diferente, la oposición. Sin embargo, esto es la Democracia: contraste de ideas, variedad que encuentra la armonía por el respeto a la mayoría. Desde luego –en esto estamos de acuerdo- que esta no es la actitud de los terroristas. Pero ¿debemos nosotros ser como ellos?
Para terminar con el terrorismo sólo hay un camino justo: el respeto de los valores democráticos: respeto de los derechos y la dignidad de los presos, impecabilidad de la justicia, posibilidades democráticas para defender las ideas que ahora defienden con las armas, tolerancia con las ideas. Todo esto ha faltado y falta en España, y por ello existe todavía el conflicto. Cuando la Democracia española sea impecable y la sociedad tolerante y democrática, el conflicto terminará, como no puede ser de otra manera dada la superioridad moral de la Democracia frente a la barbarie terrorista.
Con esto termino. Me parece bastante triste que yo, que no he estudiado jamás Derecho, tenga que darle a usted que es licenciada clases de Democracia y sentido de la Constitución.
Un cariñoso abrazo,
Xurxo Ventos

Anónimo dijo...

Deja las drogas fascista de izquierdas

Xurxo Ventos dijo...

Lector que se esconde en el anonimato,
Le agradezco mucho su consejo sobre mi salud. Pero la próxima vez repare en que este es un blog de opinión, no un consultorio médico.
De todos modos espero que su comentario catárquico le haya sido de ayuda para superar sus problemas.
Gracias de nuevo,
X.V.

Anónimo dijo...

Deja las drogas fascista de izquierdas

Anónimo dijo...

Deja las drogas cerolo de los cojones!!!