sábado, 3 de marzo de 2007

LECCIÓN DE JUSTICIA

Escribo aún emocionado por las palabras de Zapatero. Escuchándole me vienen tentaciones de votarle, de volver a creer en la Democracia. Viendo su aplomo y determinación en su decisión, cuando habría sido tan fácil y tan beneficioso electoralmente para él y su partido lavarse las manos y prolongar hasta el final la injusticia, me asalta la fantasía de pensar que sea un extraño caso de político probo, que pese a sus ataduras al poder de los empresarios y diversos lobbies, intente hacer, en el margen que le queda, un mundo mejor.

Siento también debilidad por los comportamientos heroicos. Al igual que De Juana se convirtió en un héroe de tragedia al luchar solo contra el todopoderoso Estado que lo oprimía injustamente, Zapatero se me representa ahora un héroe también alzándose, enarbolando en alto la balanza de la Justicia, firme e incorrupto entre la masa de furibundos fascistas que en las calles ondean sus banderas y atruenan sus himnos guerreros. Y no solo se enfrenta a ellos, también a una masa aún mayor de personas que, por ignorancia o desesperación, atesoran rabia en sus corazones, y con ello tanto daño hacen a la paz en la sociedad española y en el mundo. Zapatero arriesga mucho, lo arriesga todo, aquello que los políticos jamás ponen en riesgo: su sillón. Y al hacerlo da una luminosa lección de grandeza, valentía e incorruptibilidad; con su gesto hace posible que muchos de los que a priori deseaban la muerte de De Juana recapaciten viendo su ejemplo y se digan para sus adentros “Es cierto, nosotros no somos como él, para nosotros la vida cuenta”, y desde entonces el odio salga de sus corazones y sientan la felicidad que da el ser justos. Lo que Zapatero ha dado así a muchos españoles es vida, amor, Justicia; y esto vale mucho más, en mi opinión, que muchos puntos de PIB o datos excelentes de bajada del desempleo.

Sin embargo, De Juana no es un héroe al que admirar, es un hombre que ha elegido para alcanzar sus objetivos la violencia cuando había otras posibilidades. Y Zapatero, antes de este gesto, ha permitido, o no ha censurado, la encarcelación de De Juana que atenta contra sus derechos fundamentales. Situación que además continúa, pues sigue siendo un preso de conciencia, aún disfrutando de beneficios penitenciarios. Y es el mismo que alzó la valla de Melilla, que engañó a los españoles retirando las tropas de Irak para trasladarlas a Afganistán y así seguir colaborando con las conquistas del Imperio. En fin, es un representante del Poder, de la burguesía, cuyos intereses defiende. Por eso es necesario derribarlo, como a los demás de su especie.

Y sin embargo, hoy ha sido una luz para la esperanza. Hoy descanso más tranquilo, al mando está una persona que tiene valores y en ciertos casos está aún dispuesto a hacerlos valer, a cualquier precio. Podía ser peor: podía estar al mando alguno de los que se manifiestan al lado de ciudadanos que portan esvásticas y banderas con el yugo y las flechas. Zapatero está más de nuestro lado, y su mandato propaga una conciencia social que prepara (o al menos camina en la misma dirección) la nueva era. Tengamos calma: estamos en el buen camino.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Madre mía que empanada mental tienes. Al leerte en el link y admirar a esos dos prohombres (ZP&Chaos) creía que estabas de coña.

Lo que más me ha gustado es cómo terminas el comentario en el editorial de El País: "Podrán manipular a lectores pusilánimes e ignorantes, pero no a los intelectuales"

¿Dónde se sacan los cartnets de intelectual?

http://blogs.libertaddigital.com/TITO73

Xurxo Ventos dijo...

Señor Juan Palomo,
Respondo a su pregunta, ya que en su comentario no plantea ninguna cuestión más.

La intelectualidad no es un estado sino una actitud, y al que la toma se le llama "intelectual". Si usted tiene interés en ser considerado tal, lo primero que tiene que hacer es leer mucho y de muchas fuentes para poder ejercer con garantías de hacerse entender sin ambigüedades y expresando lo que desea en todos sus matices. Si así lo hace podrá aventurarse a expresar opiniones sin utilizar muletillas ni modismos gastados (prohombres, empanada mental) ni palabras vulgares (coña), sin hablar de las faltas de ortografía presentes en los artículos de su blog.

Aparte de la mejora en la expresión, adquirirá usted leyendo el sentido crítico que es necesario para poder mantener una discusión dialéctica por los cauces de la razón, defendiendo sus opiniones partan de los valores que partan, incluídos los del fascismo, por los que aprecio que siente debilidad.
Llegado a ese punto, usted podrá también decir, como yo digo, que es un intelectual, y ejercer su intelectualidad discutiendo con moderación y respeto sobre cualquier tema. Le invito a que lo haga en mi blog de acuerdo con estas normas. Me encantaría discutir con usted, resultaría muy enriquecedor para ambos.
Un saludo,
Xurxo

Anónimo dijo...

Xurxo Ventos...idad, que asquito das, eres más radical que de Juana, vete a la mierda pedazo intelectual.

Xurxo Ventos dijo...

Señor Palomo, acaba usted de demostrar lo que es. Le felicito por su elocuencia, aunque la haya logrado por otras vías que no son la intelectualidad.

Anónimo dijo...

Señor Xurso,

No se confunda, no he sido yo el que le ha insultado.

En cuanto a calificarme como fascista, entiendo que para un intelectual como usted que ve al terrorista Chaos como a alguien que lucha por sus ideas de forma violenta, el resto le parezcamos fascistas. Tiene que ser complicado vivir en un país con 32 millones de fascistas.

Le animo a que siga con sus empanadas y nunca se desvíe por el lado violento.

Tito

Xurxo Ventos dijo...

Señor Palomo,
Lamento tome esta actitud de intriga y mentira en un foro cuyo objeto está muy alejado de estos jueguecitos de "cu cu quién soy". Para que no vuelva a hacer el ridículo de esta manera, le informo de que el tráfico de mi web, como el de la mayoría, está controlado por programas que registran el origen de las entradas. Ello me permite saber que usted me escribe desde Madrid, entre otras cosas, y para confirmarme que es usted el autor de los insultos cuento con las horas de sus entradas, coincidentes con las del registro de sus comentarios. A parte, por supuesto, de que el estilo soez que gasta es el mismo que se aprecia en el blog donde da rienda suelta a sus odios y se solaza con sus correligionarios.

No me se lo tome a mal, pero me abstengo de responder a su comentario, que de nuevo adolece de fallas de estilo; y de publicar nada más de alguien cuyo interés es engañar e insultar.